Una nueva etapa en mi vida, en la cocina y en este Blog
Hace un poco mas de 9 meses me convertí
en mamá, la experiencia más maravillosa, agotadora, demandante y creativa.
Me voy a unir a muchas madres en
un sentimiento; “Si y definitivamente si es lo mejor que te puede pasar en la
vida.
Sin embargo, y en mi caso
particular este gran acontecimiento también despertó en mi grandes y numerosas
preocupaciones, como este, es un blog de cocina, solo nos vamos a ocupar de las
preocupaciones nutricionales que empiezan tan solo un minuto después del parto.
Cuando nació mi hijo la primera
de mis preocupaciones fue: “No me baja la leche, se va a morir de hambre”,
posterior a eso vino la solución, “masajea los senos, la leche bajara entre 3 y
4 días posteriores al parto, algunas mujeres se demoran hasta 7”; Wow que descubrimiento! y los días en los que
me iba a dedicar a masajearme los senos, de que lo iba a alimentar?; la
respuesta también llego de inmediato, después del parto, fui a mi habitación para
la recuperación, cada turno de enfermeras me entregaba la misma información: “cuando
el bebe llore lo pones 20 minutos en el seno derecho y luego 20 minutos en el
seno izquierdo, si no queda satisfecho, entonces, le daremos leche de formula”;
Súper gracias, llevaba aproximadamente 8 horas diciendo que NO tenia leche,
pero debía poner al bebe 40 minutos a tomar aire y luego cuando su desespero
fuera tal, le daría leche de formula. (Eso era lo que yo pensaba, luego entendí
que debía hacerlo así para enseñarlo a mamar y adicional para estimular mis
senos para que produjeran leche)
No estoy en contra de la
lactancia, para nada, incluso, después de masajear mis senos y de recibir la ayuda
de una amiga que gentilmente me enseñó todo acerca del tema, eso sin contar que
me tranquilizo con las palabras más sabias que hubiese podido yo escuchar en
aquellos momentos “Tu responsabilidad es alimentarlo, no importa cómo, porque
si finalmente no te baja, eso no te hace una mala madre”. Cabe resaltar que no
solo me dijo eso, me llevo un kit completo de lactancia y el libro más hermoso
que jamás haya leído “Un regalo para toda la vida”, Gracias Natalia Serrano.
Finalmente al tercer día me bajo el tan esperado y sufrido elixir, mi bebe lo
pudo disfrutar hasta los 8 meses.
Recapitulando mi historia, el
mensaje es el siguiente, nadie sabe lo que una mamá sufre por no saber cómo
alimentar de la mejor manera a su bebe, es una preocupación que llega junto con
los hijos y no se acaba nunca.
Cuando llegué a mi casa, con el
problema de la leche resuelto, tuve tiempo de leer y experimentar con la
comida, se ha vuelto para mí una tarea de no acabar que me divierte mucho, en
este recorrido, he logrado tan buenas y variadas recetas que no puedo esperar a
compartirlas en mi blog para ayudar a otras mamás que compartan mi preocupación.
Yo al igual que muchas mujeres, tengo un trabajo de 8 horas de lunes a viernes,
pero en las noches y los fines de semana dedico parte de mi tiempo libre a
experimentar en la cocina, a preparar los platillos de toda la semana y a
porcionar carne y vegetales.
La alimentación no se vuelve más
sencilla a medida que crecen, todo lo contrario, cada vez es más exigente y más desgastante la tarea; la creatividad debe estar a flor de piel y también la
paciencia ya que aparte de no saber que darles, están siempre contigo las
opiniones no pedidas al respecto y la mirada experta de tu pediatra, esta
ultima sin embargo, se convierte en el arma con la que uno amenaza a todo el
que se quiere meter con nuestro método elegido
de crianza y alimentación “El pediatra dijo…”.
Claramente yo no soy pediatra
(gracias a Dios) los admiro por toda su paciencia y por tener la capacidad de
entender a estas locas mamás que ciegas de amor por nuestros hijos, no sabemos cómo
los vamos a alimentar. Soy una persona
de Mercadeo de profesión y de oficio cocinera, si me preguntan cuál de las dos
me gusta más, responderé lo mismo que responden las mamás que tienen más de un
hijo; “los quiero a los dos por igual”.
Espero poder compartir con ustedes todos mis experimentos en
la cocina, para que nuestros hijos coman bien, fresco y natural.
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