jueves, 10 de marzo de 2011

BRINDE CON CHAMPAGNE


“Brinde con Champagne”

Encontré en mi biblioteca una revista del año 1.988 su nombre es HOMBRE DE MUNDO, en ella encontré un articulo mágico acerca de la Champagne y me gustaría aprovecharlo para hablar de la sobriedad y jerarquía de una bebida tradicional que no puede faltar en ningún brindis. El espumante de los acontecimientos mayores…

El Champagne es una exposición de buen gusto. Una presencia alegre para celebrar los momentos más sofisticados y felices de nuestras vidas.
Sus orígenes se remontan al siglo XVII. El religioso Dom Pérignon, del convento de San Pedro de Haut Villers, resulto ser “El padre de esta bebida”. Ocurrió que este Santo hombre, por casualidad llenó una botella de vino que no había fermentado completamente y la tapó. El liquido continuó su proceso paulatinamente, y fue aumentando la cantidad de ácido carbónico acumulado en el envase cerrado hasta que, por presiones desconocidas hasta entonces, el corcho salto ruidosamente derramando el precioso jugo que contenía la botella, disminuida la presión, el gas se fue soltando para provocar las conocidas burbujitas…
Mucho se ha progresado en el desarrollo de esta bebida desde entonces; nació y tomó el nombre de una antigua provincia francesa célebre por la calidad de sus vinos elaborados con uvas de Champagne y que llevan su nombre.

La temperatura es un factor fundamental en el servicio de un buen vaso de este sofisticado vino espumante. A la hora de ser servido, el Champagne no debe alcanzar los 10 grados centígrados ya que cualquier temperatura hacia arriba o hacia abajo, afectaría su sabor y su atractivo mayor, la espuma.
Para llegar a la temperatura correcta, debe ser enfriado en una nevera, un cambio brusco de temperatura en el congelador es como una sanción que el sabor del champagne no tolera. Y que a nadie se le ocurra enfriarlo agregando trocitos de hielo a su contenido. ¡Es un verdadero sacrilegio para cualquier amante del buen vino!.
Ya tenemos la historia de esta hermosa rubia, ahora veremos cómo debemos hacerle honores.
Recuerde cuando le sirvan, que no se trata de una gaseosa y que hay que estar a la altura de las circunstancias. Veamos pues.
Un examen olfativo, prepara al paladar para las sensaciones siguientes; un catador experimentado oliendo el contenido de la copa puede visualizar inmediatamente su origen.
El examen gustativo es definitivo para la definición de su sabor, degústelo a boca llena y permita que se deslice suavemente por su garganta. Recuerde que esta es una bebida para disfrutar y no un trago para alegrarse simplemente.

Espero que estén muy antojados y que disfruten de esta deliciosa bebida al lado de una excelente compañía.

No hay comentarios:

Publicar un comentario